Cortesía de Rubén Carty Lowe
Periodista Independiente
Director del Centro Informativo Cubano
Yamil Domínguez Ramos, preso político cubano-americano
Ciudad de La Habana, 5 de agosto de 2009.
“Año del 50 aniversario del Triunfo de la Revolución”.
A: Fiscalía Militar.
Por medio de la presente yo, Yadaimí Domínguez Ramos, vecina de calle 4 No.119 e/ 1ra y 3ra, Miramar, Playa, Ciudad de la Habana; reitero la acusación de mi madre (Inés María Ramos Nápoles), que a nombre de mi hermano Yamil Domínguez Ramos y de todos nuestros familiares realizara el miércoles 22 de julio contra el Mayor Rodolfo, Jefe de Orden Interior del Combinado del Este.
El maltrato y la brutalidad a la que fue expuesto Yamil por parte de este oficial se detalla en carta anexa a la denuncia entregada en fecha antes señalada y cuya copia también fue facilitada al Consejo de Estado, Departamento del CLEP en Fiscalía General de la República, Dirección Nacional de Prisiones y Ciudadanía del MININT.
Hasta el día de hoy no hemos recibido respuesta a nuestra preocupación o, al menos, en qué trámites se encuentra el proceso. Consideramos que la agilidad y rapidez con que se conduzca este caso, conlleva, entre otras consecuencias, a que no se repita escenarios de esta índole por quien debió y debiera hacer mérito del cargo que aún ocupa y que todavía permanece impune ante tal atrocidad.
Mi hermano en sus cartas con fecha 30 y 31 de julio nos explica detalladamente las entrevistas efectuadas con miembros del DTI que investigan lo ocurrido, pero muestra su inconformidad con las realizadas por el Tte. Cnel. Yánez, Tte. Cnel Palacio y Capitán Sandro, fundamentalmente de estos dos últimos. Según refiere Yamil, ellos asumen una actitud solapada ante la realidad de los hechos, enmascarando al recoger su declaración, la verdadera descripción de tan macabro incidente. Sólo a mucho reclamar que escribieran exactamente lo que él expresaba, pues de no ser así no la firmaría, fue que el capitán Sandro, en sus 3 últimas líneas recoge textualmente el testimonio de Yamil. Por otra parte, toman declaraciones a testigos que no actúan imparcialmente, manipulándolos a su conveniencia. No obstante, para aquellos investigadores que realmente pretenden aplicar el peso de la JUSTICIA, les relaciono algunos de los testigos que presenciaron el abominable hecho, dispuestos a relatar exactamente lo ocurrido ante sus ojos y que salga el sol por donde salga, pues en un final todos son vulnerables a escenarios como éste y una injusticia contra uno es un peligro para todos.
Testigos:
Lázaro Medina González (Compañía 1222)
Carlos Díaz Baró (compañía 1223)
Pepe (Compañía 1224)
No me explico qué persiguen con investigaciones a medias. Podemos imaginarnos por un momento que un hombre, si se le puede decir e eso hombre, patee a otro que se encuentra con las manos atadas. Convencidos estamos que si mi hermano le levanta la mano, aunque sea en defensa propia, entonces sí complicaría por varios motivos el desenlace y justificaría en gran medida la actitud apañadora de los oficiales entrevistadores. Yamil, como pudiera ser cualquier otro en su misma condición, se halla con las ataduras de un proceso que desde un inicio no ha sido justo, violándose y por consecuencia el nuestro, los derechos civiles nacionales e internacionales. Pero, mientras esperamos la gota de JUSTICIA, su integridad personal en ese lugar es inviolable (Artículo 58. Constitución de la República de Cuba). Si el oficial en algún momento le hubiese asistido la razón (que no es el caso), la perdió totalmente desde el momento que lo agredió. Esta forma de operar es injustificable, esto no se llama abuso de poder, quizás se acerca más el término de cobardía, pero haciendo uso de la Real Academia Española, el auténtico nombre a tan vil actitud es CRIMEN.
A la entrada del combinado se encuentra un cartel que cita uno de los significados del concepto de Revolución que definiera Fidel el 1ro de mayo del 2000, “…Revolución es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos…”. Resulta ciertamente vergonzoso que miembros del ministerio del Interior no hagan uso de estas palabras y, como resultado, empañen la imagen del Órgano que representan. Pero, lo que resulta mucho peor es que triunfe la impunidad ante hechos como éste en un país paradigma de los Derechos Humanos. Como dijo nuestro héroe nacional “Ver cometer una injusticia es como cometerla”.
El concepto revolucionario de Justicia no es más que el sentimiento y actitud humana que fundamentado en los principios de la ética, la moral y la ley, tiene como fin supremo lograr el respeto de los derechos colectivos e individuales de todos y cada uno de los miembros que integran determinada sociedad, induciéndonos a decidir acciones como instrumentos específicos de premiar o sancionar la conducta humana, en proporción igual al bien o al daño causado por dicha conducta.
En espera de que se haga valer la Justicia revolucionaria,
Yadaimí Domínguez Ramos.
“Hacer, es el único modo eficaz de censurar a los que no hacen”—José Martí
CC:
Consejo de Estado
Ciudadanía MININT
Dirección Nacional de Prisiones
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